ARTISTAS PLASTICOS EN LA GALERIA

 ALVAREZ FRUGONI - ARZADUN CARMELO DE - ASTIAZARAN PANTA - BAREA CARLOS - BATTEGAZZORE MIGUEL - CABELLA RAFAEL - CABEZUDO FERNANDO - CADENAS ROBERTO - CARDILLO RIMER - CASARES ALEJANDRO - CASTERAN JORGE - CAVALIERE LUCIA - SILVEIRA SILVA CLAUDIO - COSTIGLIOLO JOSE PEDRO - CUNEO JOSÉ - DAMIANI JORGE - DELGADO FLORENTINO - DELIOTTI WALTER - DÍAZ VÁLDEZ WILFREDO - CARDOZO EDUARDO - FREIRE MARIA - GALLO DANIEL - GALLOZA RUBEN - GARCIA REINO - GIL JAVIER - GONZÁLEZ CARLOS - HALEGUA ALFREDO - ITURRIA IGNACIO - KOSICE GYULA - LEBRATO AURELIO - LE DROFF JACQUELINE-FRANCIA - LIMA MANOLO - LONGA HUGO - LÓPEZ HILDA - MARTIN VICENTE - MATTO FRANCISCO - MARTAROTTI MARGARITA - MURESANU ION - MUSSO CARLOS - NANTES HUGO - NUNEZ JUAN JOSE - NUNEZ CELESTE - OLIVETTI EVA - OLMEDO INÉS - PÁEZ VILARÓ JORGE - PAILOS MANUEL - PATRONE VIRGINIA - PENA ANTONIO - PUCURRULL NUNO - RIAL RAUL - ROBLEDO - ROMERO NELSON - SABAT HERMENEGILDO - SCOLPINI LUIS - SOLARI LUIS ALBERTO - SORRIBAS FREDDY - TEJERA MIGUEL - TABARES GUSTAVO - UBADIE - GARCIA URIBURU - VALLARINO ELSA - VAZQUEZ GUSTAVO - VERNAZZA EDUARDO - VIERA SERGIO - VILLAMIL GASTON - VULJEVAS HOMERO - WIDMANN BRUNO

martes, 6 de mayo de 2014

WILFREDO DIAZ VALDEZ


WILFREDO DIAZ VALDEZ

 

Nace en 1932 en Treinta y Tres, Uruguay. En 1962 inicia sus trabajos de tallados en madera, explorando las posibilidades de expresión morfológica de este material. En 1968 realiza su primera exposición, y a partir de entonces, trabaja y expone en Montevideo y Buenos Aires.

Hubo durante años una curva de ascendente virtuosismo en la trayectoria de Díaz Valdez, Por allí trepó el artífice de la madera desde sus cajitas laboriosamente cavadas a mano hasta las enormes en cuya complejidad se perdía el ojo fascinado del Observador.

En el codo de la madurez de su epopeya vegetal, los barroquismos de las moles desarticuladas se apaciguan, como si desembarcaran en una definitiva nobleza .Sus nuevas propuestas monumentales se reducen a la sencillez desnuda de una viga apenas quebrada, cuya integridad visual no se pierde porque elige el lenguaje austero y el perfil despojado.

Un pilar aparece simplemente cortado, como si el artista ya no lo descompusiera sino que lo introdujera a inclinarse, limitándose a partirlo para vencer su rigidez e insinuar un ritmo vertebral. Otro sólo se abre , igual que un par de alas, sin perder la robustez de su volumen pero ganando un nuevo impulso con esa sensación de vuelo.

TEXTOS DE JORGE ABBONDANZA
 
 
 
 
 
 
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario